Lo suyo fue puro teatro

La sabiduría, el entusiasmo y la gratitud no tienen edad, se cultivan a lo largo de la vida y se van enriqueciendo con cada experiencia vivida. Lo que tuvo lugar el pasado 29 de mayo en el Centro de Día de la localidad de Yeles (Toledo) fue toda una demostración de cómo jóvenes y no tan jóvenes pueden entenderse, compartir un espacio de ocio y divertirse independientemente de la edad.
Todo comenzó con la llamada, hace ya muchos meses, de una entusiasta mujer que, desde el Centro de Día de Yeles, proponía al proyecto Convivencia La Sagra de Horuelo hacer algún taller para que las personas que allí se reúnen cada día pudieran disfrutar de nuevas experiencias.
El reto no era sencillo: la actividad habitual del proyecto se desarrolla con adolescentes y jóvenes y era necesario ponerse manos a la obra para ofrecer algo que pudiera interesar y enriquecer a personas de diferentes edades.
Entonces se produjo el contacto con el Centro Joven de Yeles y tras solo unos minutos de conversación con Jaime, el educador del centro, la idea surgió rápidamente. Tanto el Centro de día para personas mayores como el Centro Joven compartían una pasión: ambos espacios estaban preparando por separado una obra teatral original. Diferentes temáticas, estilos y personajes pero una misma idea de compartir cada semana un lugar donde poder expresarse artísticamente.
Llegó el ansiado día, y el salón del Centro de Día, se convirtió en un lugar de improvisación con diferentes dinámicas y juegos que, además de reunir a jóvenes y mayores para compartir un tiempo juntos, puso de manifiesto lo importante que es vivir experiencias diversas, inclusivas e intergeneracionales.
Los prejuicios previos al preparar esta actividad hicieron que el equipo se preocupara por desconocer qué resultados tendría y qué respuesta habría por parte de los dos grupos. En poco tiempo se disiparon las dudas y se esfumaron los prejuicios: dieron una lección de naturalidad y de acercamiento sin complejos.
Hubo bailes, miradas, conversaciones, escenas teatrales, merienda y risas, muchas risas.
El objetivo de esta actividad era facilitar el conocimiento y la valoración de las habilidades y cualidades de las diferentes generaciones. También, favorecer un espacio de ocio alternativo para la juventud en el que pudieran también realizar un acercamiento al entorno comunitario y, por último, desarrollar valores de apoyo y acompañamiento entre las personas de edades e intereses diferentes.

La gratitud de las personas que participaron tras la actividad, da buena cuenta de la necesidad de generar más espacios inclusivos y de participación conjunta entre diferentes generaciones.