Día Internacional de la Igualdad Salarial

Desde la Comisión de Igualdad, os queremos contar por qué conmemoramos el Día Internacional de la Igualdad Salarial como apoyo a uno de los derechos de las mujeres.

Queremos dar visibilidad a la desigualdad retributiva, brecha salarial o brecha retributiva, que, según los datos actuales, aún existiendo mejoras, no son suficientes porque aún estamos lejos de conseguir una equidad laboral donde exista un equilibrio real entre todas las partes.

Por ello, sigue siendo necesario concienciar sobre la importancia de la igualdad salarial y la necesidad de adoptar medidas efectivas para reducir la brecha de género en el ámbito laboral.

En la actualidad, la brecha de género en España es del 18,36% (últimos datos disponibles del SEPE), en promedio: 5.212 euros menos al año que los hombres. Sin embargo, el 91% de las entidades españolas afirman tener integrada la igualdad de género en su estrategia; ¿Qué está sucediendo entonces?

Opinamos que siguen siendo invisibles en parte o en su totalidad diferentes factores como los estereotipos de género, la segregación del mercado de trabajo, la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidados y los techos de cristal, junto con las diferencias en el tipo de contrato, de jornada, la antigüedad o los complementos salariales.

Este hecho es el resultado de una interacción compleja de causas laborales, sociales, pero también culturales:

  • Los estereotipos y roles de género perpetúan la división tradicional del trabajo, asignando a las mujeres roles relacionados con el cuidado y perfiles más administrativos, mientras que a los hombres se les infieren roles de liderazgo y responsabilidad.
  • La segregación horizontal y vertical: la primera se refiere a la concentración desproporcionada de mujeres y hombres en distintos sectores y ocupaciones, mientras que la segregación vertical se refiere a una distribución no uniforme de mujeres y hombres en los diferentes niveles de actividad, con escasa representación de mujeres en puestos de alta dirección y liderazgo. 
  • Infravaloración del trabajo de las mujeres: Los trabajos feminizados, como las tareas de cuidado, tienden a estar invisibilizados e infravalorados.
  • La maternidad tiene un impacto negativo en la carrera profesional de las mujeres, ya que, en un elevado alto de casos, es la mujer la que sale del mercado laboral y vuelve tras varios meses, incluso años después, lo que influye en la antigüedad laboral, en los complementos salariales, etc. Esta circunstancia, además, disminuye la empleabilidad y contribuye a la penalización laboral.
  • La falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado perpetúa la desigualdad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral.
  • Precariedad laboral: la mayor contratación temporal y a tiempo parcial de las mujeres contribuye a su inseguridad económica y a la ampliación de la brecha salarial.

Si las mujeres desempeñaran un papel idéntico al de los hombres en los mercados laborales, podría sumarse un 26% de riqueza económica al Producto Interno Bruto anual mundial para 2025.

Se necesitan políticas y reformas estructurales que involucren a todos los actores clave y que fomenten la igualdad a todos los niveles, para hacer efectiva la transparencia en las empresas, entidades e instituciones.

Asegurar el cumplimiento efectivo de la legislación laboral en cuanto al principio de igual retribución por trabajo de igual valor, con herramientas como el registro retributivo, la auditoria retributiva y la correcta valoración de puestos de trabajo con perspectiva de género.

Hasta aquí, nuestro cometido de hoy, os agradecemos mucho vuestra atención.