Una historia de obstáculos, pero con final feliz.
Una historia de obstáculos pero con final feliz
El protagonista de esta historia es Arman, un joven bengalí de 18 años que recientemente salió de uno de los pisos de autonomía de Horuelo.
Arman llegó a España con 16 años, no obstante su proyecto migratorio comenzó varios años antes, con apenas 14 años. Recorrió varios países, Emiratos Árabes, Siria, Libia, Egipto, Italia, Francia, hasta finalmente llegar a España. Una vez llegó a Madrid, ingresó en un centro de menores hasta su mayoría de edad.
Al cumplir los 18, Arman pasó a vivir durante un año en uno de los pisos de autonomía, donde aprendería a vivir de forma autónoma y podría ahorrar de cara a su futura independencia. En este tiempo, Arman ha solventado muchos obstáculos, como él dice “los problemas me quieren”, pero siempre los ha enfrentado con templanza y decisión. Pero sin duda, lo más difícil ha sido estabilizar su situación administrativa.
Arman llegó sin pasaporte ni carnet de identidad de Bangladesh, de hecho en su país a los menores de 18 no se les saca documento de identidad. En cuanto a la documentación española, le tocaba renovar a finales de 2024, y lo tenía todo excepto el pasaporte. Se solicitó un pasaporte en la embajada de Bangladesh de Madrid, y con ese resguardo se presentó la renovación de la documentación española, con ayuda del programa Tránsito de la Fundación ISOS, a sabiendas que solicitarían como alegación que se presentará el pasaporte.
Efectivamente, 4 meses después, extranjería reclamó el pasaporte y, a la misma vez, la embajada comunicó que constaba que el joven tenía un pasaporte pero con unos datos erróneos. Se solicitó unos meses a extranjería y mientras tanto se intentó cambiar los datos del pasaporte, pero sin el documento de identidad era inviable y obtener el documento de identidad solo era posible en su propio país natal o en la embajada de Bangladesh de Italia.
Ante esta situación crítica, en la que podía perder tanto la documentación española como bengalí, se reunió toda la documentación de Bangladesh y se habló con el cónsul para explicarle la controversia, ofreciendo una única alternativa pero sin garantías de éxito.
Tras semanas de espera que se hicieron eternas, finalmente llegó el ansiado pasaporte con todos los datos correctos, salvando así su complicada situación administrativa, tanto bengalí como española.
Con paciencia y esfuerzo, se consiguió resolver la problemática y actualmente el joven disfruta de un permiso de residencia que le permite trabajar y poder vivir solo.
Felicidades, Arman, mucho ánimo en tu nueva etapa.